15 de mayo de 2012

El país de los carteles

Sociedad

El país de los carteles
Eliécer Ávila
Las Tunas 15-05-2012 - 2:39 pm.

'Sí se puede', 'Unidos venceremos', 'De victoria en victoria': ¿Cuánto
cuesta llenar el país de propaganda política? ¿Quién lo hace y qué pretende?

Primero de mayo en La Habana. (REUTERS, 2012)

Todo el que vive en Cuba o la ha visitado alguna vez sabe que de extremo
a extremo del país, a donde quiera que vayas, te acompañará un ejército
de peculiares carteles. Son inútiles en sentido práctico, pues no
ofrecen ninguna información. Tienen un carácter netamente ideológico, y
lo que en ellos se lee muchas veces resulta mediocre y absurdo.

Existen de todos los tamaños y formas posibles. Y están confeccionados
con materiales diversos, que van desde un pedazo de caja de cartón o una
bandeja de comer hasta una enorme estructura metálica o de concreto. Se
encuentran lo mismo en la puerta de una casa, en cualquier institución,
en la carretera o en la pared de una loma visible escritos en piedras de
colores. Lo cierto es que son omnipresentes.

¿Quién los pone?

La mayoría de estos carteles son obra de la Dirección de Propaganda del
PCC a todos los niveles. Para eso cuentan con recursos materiales,
brigadas de hombres, asignación de combustible, presupuestos, etc…

Otra buena parte los confeccionan las organizaciones políticas y de
masas que trabajan al servicio del propio partido, así como los núcleos
del PCC y de la UJC que están presentes en cada centro laboral del país.

Por tanto, puede afirmarse que, de una u otra forma, el Partido
Comunista está detrás de cada cartel.

¿Qué dicen los carteles?

Generalmente lo mismo en todas partes. Se trata de una arenga básica y
recurrente que se repite hasta el cansancio. Frases de Fidel, Raúl, el
Che, y otra colección de viejos y nuevos eslóganes que se le ocurren al
Nivel Central y se generalizan como virus llegando a cada rincón: "SÍ SE
PUEDE", "UNIDOS VENCEREMOS", "DE VICTORIA EN VICTORIA", "EL PRINCIPAL
DEBER: PERFECCIONAR EL SOCIALISMO", etc…

¿Qué pretenden los responsables de esta cartelería?

Parece que creen en la influencia que a nivel psíquico puede tener esta
forma de propaganda en la gente. También quieren dar la impresión a los
cubanos y a los visitantes de que en cada lugar se respira el mismo
"fervor revolucionario". Aparentemente "el pueblo habla" a través de
esas pancartas, pero todo el mundo sabe que ningún cubano tiene
recursos, tiempo ni deseo de andar confeccionándolas.

Otro propósito claro es que las instancias de base de las organizaciones
políticas queden bien con sus superiores: suele ser más importante tener
bastantes carteles pintorescos que producir bienes y servicios de
calidad. Entre más vallas escritas, papeles impresos y muros convertidos
en periódicos encuentren las "visitas importantes" a su paso, mejor
criterio tendrán de los responsables de las "tareas orientadas".

¿Eso funciona?

Es difícil de determinar. Pero está claro que crea determinados reflejos
que son acentuados y complementados usando el mismo discurso en los
medios de comunicación. Millones de cubanos que no cuentan con la
posibilidad de informarse bien, tienen ante sus ojos día a día una
lluvia de carteles que le transmiten a trozos la versión del gobierno
sobre el mundo y sobre lo que "tenemos" en Cuba. Algún efecto debe tener
eso, y no creo que a favor del individuo. Lo que sí es perceptible es
que estos mensajes usados durante tanto tiempo causan saturación,
estrés, aburrimiento y rechazo.

¿Puede alguien más, fuera del PCC, poner algún cartel?

No. Ni en su propia casa. Solo el Partido Comunista, en el cual militan
aproximadamente el 7% de los cubanos, puede poner esta abrumante
cantidad de propaganda. Ningún ciudadano del otro 93% puede poner un
cartel con sus propias ideas, planteamientos o quejas sin que sea
víctima del aparato más importante del sistema, el que garantiza su
perpetuidad: la Seguridad del Estado.

¿Cuánto se emplea en llenar a Cuba de carteles políticos?

Téngase en cuenta que este es el país de no hacer estudios ni publicar
estadísticas que clarifiquen sobre todo los gastos en cualquier materia
política. Pero está claro que se gastan millones. Hágase un viaje de La
Habana a Guantánamo y cuéntense uno por uno los carteles más grandes y
podremos darnos cuenta de las cientos de toneladas de acero, materiales
constructivos de todo tipo, pinturas, capital humano, salarios y tiempo
que se ha empleado en más de 50 años con esta práctica.

En una ocasión pude presenciar, personalmente, la entrada de una granja
que sería visitada en pocos días por un miembro del Buró Político.
Habían construido unas 30 estructuras de concreto y paneles de hormigón
para escribir casi en sílabas el "concepto de revolución" de Fidel
Castro, para que la delegación lo fuera leyendo según avanzaba en sus
carros camino al lugar. Estas iniciativas tienen incontables copias
parecidas en todos los municipios.

Todos estos recursos hacen una falta enorme dada la crítica situación
del país para la construcción y reparación de viviendas, viales y otras
infraestructuras de utilidad concreta y racional, para las cuales casi
nunca hay "posibilidades" de solución.

No caben dudas, cuando se analizan esta y muchas otras cosas, de que
como dice Manolito Simonet en una canción popular: "en la habana hay una
pila de locos".

http://www.diariodecuba.com/cuba/11092-el-pais-de-los-carteles

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