Marcha masiva

Marcha masiva
Aimée Cabrera
5 de mayo de 2012

La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Bien temprano en la mañana del 1ro
de mayo comenzó el desfile en cada plaza, calle o parque cubano. El de
la capital fue efectuado, como es habitual, en la Plaza José Martí,
amplia área ubicada en un punto geográfico donde pueden llegar personas
de distintos municipios, trasladados algunos en transportes o a pie.

Los principales dirigentes del gobierno presidieron el desfile y se
ubicaron en la zona preferencial de la Plaza. Desde allí, el secretario
general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdés
Mesa, hizo una alocución a los trabajadores y pueblo en general.

Consideró la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, como
una jornada de "reafirmación y compromiso de los Lineamientos de la
Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el
VI Congreso".

A continuación recordó que los momentos que se viven en la actualidad
cubana, no son más que una "batalla económica", donde es primordial
aumentar la producción y la productividad, a través del ahorro, la
eficiencia y la disciplina laboral.

Hizo un llamado a trabajar con exigencia y a enarbolar "las banderas de
la unidad", la cual está fusionada en principios patrióticos, defensores
de la Revolución y el Socialismo. Trató temas como el del Bloqueo e
instó a las masas a condenarlo.

Casi al final de su discurso, expresó su solidaridad por los
trabajadores que en diferentes puntos del planeta "protestan y son
brutalmente reprimidos por reclamar sus derechos al trabajo y a la vida".

Los trabajadores estatales o no estatales, estudiantes y población
capitalina, sin olvidar a invitados nacionales y foráneos escucharon en
silencio para después ovacionar al máximo líder de la CTC.

Muchos lo hicieron porque la doble moral y el miedo a ser reprimidos,
sólo les da posibilidad de actuar como máquinas. Al llegar ellos a sus
viviendas sudorosos y cansados recordaron, los que trabajan, como el
miedo a ser despedidos o sancionados, no les permite enfrentar a quienes
no respetan sus derechos laborales, ya sean dirigentes administrativos o
sindicales.

Se acordaron también de que viven en un país donde no se respeta la
libertad de expresión, por lo que no pueden hacer público cualquier acto
de corrupción que acontezca en sus centros de trabajo.

Ni tan siquiera son capaces de exhortar a sus colegas a rechazar toda
injusticia laboral o medidas arbitrarias, como sucede con muchos buenos
trabajadores que han quedado disponibles (sin trabajo), y otros muchos
que están solos haciendo lo que debían hacer junto a 2 ó 3 , debido a la
imposición de intereses estatales.

Ellos debieran saber que, como los trabajadores que en cualquier parte
del mundo salen a las calles a protestar y defender sus derechos, de no
estar en Cuba, tendrían el derecho a exigir que se cumplan las normas
promulgadas por la organización Internacional del Trabajo (OIT), el
derecho al paro forzoso y a la huelga.

Sin embargo, pasa el primero de mayo y al siguiente día tienen que
permitir los humillantes acuerdos del VI Congreso del Partido que
atentan contra los trabajadores que no pueden optar por un salario
justo, y tienen que convivir con una doble moneda, la devaluada es parte
de sus salarios, y la fuerte sólo pueden adquirirla en las casas de
cambio, a través de un canje que sólo reporta beneficios al Estado.

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