14 de mayo de 2012

No exagere, señor Esteban Lazo

Reformas económicas

No exagere, señor Esteban Lazo
Orlando Freire Santana
La Habana 14-05-2012 - 5:00 pm.

Interesadas en ofrecer una imagen de cambio, las autoridades aparentan
reformas más profundas de las que en realidad tienen lugar.

Los gobernantes cubanos son conscientes de que la opinión pública espera
cambios en la Isla. Ese deseo no solo invade a aquellos que siempre se
han opuesto al castrismo, sino que también constituye ya un sentir —por
supuesto, en una medida mucho menor— de quienes clasifican como amigos
de la revolución cubana.

Comoquiera que persiste un inmovilismo total en el terreno
político-ideológico, los dirigentes de la Isla apuestan por cambios en
la esfera económica. Y da la impresión de que en ocasiones les interesa
aparentar reformas más profundas que las que en verdad tienen lugar. En
ese contexto habría que inscribir las declaraciones del vicepresidente
Esteban Lazo, en el sentido de que en un futuro cercano el 50% del
Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba corresponderá al sector no estatal.

Lo primero que salta a la vista es que semejante declaración fuera hecha
por Lazo, que no atiende el sector económico en el Gobierno ni en el
Partido —y no por Marino Murillo, el nuevo zar económico local—, y que
además es el encargado de velar por la implementación de los
Lineamientos del VI Congreso del Partido referidos a la economía. Lo
anterior, lógicamente, refuerza el carácter informal de la aseveración.

De todas maneras, no resulta ocioso insistir en tres elementos que, a
nuestro modo de ver, deben de recibir un impulso para que el sector no
estatal de la economía adquiera realmente un peso importante.

En primer término, es preciso que avance el proceso de entrega de
tierras ociosas a las personas que deseen trabajarlas. Mas, para que
ello suceda, hay que eliminar trabas de índole subjetivas y objetivas.
Entre las primeras sobresale la burocracia que complica y alarga todo el
proceso, así como la mentalidad retardatoria de algunas entidades que se
niegan a reconocer el carácter ocioso de algunas de sus tierras.

En cuanto a los factores objetivos, el propio Estado mantiene una
legislación que desestimula a potenciales usufructuarios. Por ejemplo,
se prohíbe que las personas construyan viviendas en las tierras que
trabajan; y por otra parte, el tiempo limitado del arrendamiento —10
años— incentiva el temor de los posibles interesados. Es muy triste
transformar en terreno fértil un campo infectado de marabú, y después
derramar sudor y sacrificios para obtener la cosecha, para que al final,
un buen día, el Estado dé por terminado el usufructo alegando "supremas"
razones de gobierno.

Otro elemento sería la creación de cooperativas en sectores como los
servicios y la pequeña empresa productiva. Hasta ahora las cooperativas
solo funcionan en la agricultura, y muchas de ellas, como las
denominadas Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), no han
tenido un buen desempeño, afectadas en gran medida por la falta de
autonomía. No obstante, la ampliación del movimiento cooperativo, además
de aligerar el andamiaje estatal, sería beneficioso para productores y
consumidores.

Y por último, claro está, se necesita un incremento del trabajo por
cuenta propia. Pero un incremento cualitativo más que cuantitativo. Para
que el PIB sea engrosado por el cuentapropismo, más que la proliferación
de pequeños timbiriches, es menester que surjan negocios de mayor
magnitud, tanto en la esfera de los servicios como en la productiva.
Pero…, la actual ley tributaria lo obstaculiza.

Para nadie es un secreto que los negocios prosperan, entre otros
factores, si pueden contar con más trabajadores. Y aquí en Cuba se
penaliza a los negocios privados que empleen a más de cinco
trabajadores. Es decir, por cada empleado adicional a esa cifra, el
propietario debe pagar un impuesto que puede duplicar, triplicar o
cuadruplicar el salario medio del municipio en cuestión. El Estado
permite, libre de impuestos, un reducido número de trabajadores
contratados en cada negocio para así mitigar la carencia de empleos que
se vislumbra en la isla, pero le teme a la concentración de la propiedad
que, dicen, originaría el fortalecimiento de los negocios y pequeñas
empresas privadas.

Ah, pero tampoco podemos ignorar la sospecha de que las autoridades
manipulan el PIB a su conveniencia. En años recientes, cuando los
jerarcas informaban crecimientos anuales de más del 10%, varios
observadores, entre ellos la CEPAL, pusieron en tela de juicio tales
resultados, objetando la metodología empleada para el cálculo del
indicador. Por eso, a pesar de todo, no es de extrañar que, en breve, se
anuncie que el PIB cubano se conforme, en un 60%, del trabajo no estatal.

http://www.diariodecuba.com/cuba/11049-no-exagere-senor-esteban-lazo

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