Sin embargo se mueve

Sin embargo se mueve
Yosvani Anzardo Hernández
14 de mayo de 2012

Holguín, Cuba – www.PayoLibre.com – Los cubanos solemos ser buenos
regateando. Pido 150.00 pesos por una rueda de bicicleta para intentar
obtener 130.00, y consciente de que el posible comprador intentará
sacármela en 100.00 pesos. Así somos, a pesar que desde hace más de 50
años en los establecimientos comerciales no se puede regatear ni comprar
a plazos.

El objetivo del embargo no es el pueblo cubano, eso está claro, y nada
tiene que ver el hambre en Cuba con el embargo, te lo afirmo yo que soy
del campo.

El objetivo del embargo es evitar o no facilitar el acceso del gobierno
cubano a tecnologías y financiamientos que les permita perpetuarse en el
poder y fortalecer su capacidad de gobierno. Es la medida más
no-violenta que puede asumir el gobierno federal de los Estados Unidos
de América contra el gobierno de Cuba y sus dinásticos gobernadores.

Si asumiéramos que esa medida no-violenta no funciona para dar fin a la
dictadura; entonces sólo nos quedarían medidas violentas para lograr ese
objetivo. Y yo particularmente no soy partidario de esa vía que en
nuestra historia dice que, cada vez que un gobierno cae por las armas,
el vencedor se erige en dictador. No romperíamos el ciclo, pero además,
no niego que influye en mi forma de pensar el hecho de que vivo aquí, y
junto a mi familia seriamos de los primeros en caer bajo las armas
asesinas castristas. Tal vez pensaría diferente si viviera fuera, pero
no es el caso.

Creo que el embargo sí ha funcionado, pues el gobierno con todo su
aparato represivo no puede dirigir ni la zafra azucarera siquiera, y el
país cada vez está más manga por hombro, y hasta en la marcha del 1ro de
mayo se acaban los gritos y vítores.

Pero comencé hablando del regateo, el gobierno cubano, obviamente, está
cogido por el cuello con el embargo, y se opone a todo intento de
surgimiento de una clase media, pues le teme a la independencia y
autonomía asociada a la misma.

La solución, al estilo cubano, sería no eliminar el embargo, pero si
concentrar su fuerza reduciendo su amplitud a cambio de que el gobierno
cubano reconozca derechos individuales y cívicos que permitan el
surgimiento de la clase media. Y si esto no ocurre, qué Dios nos
maldiga, porque ya el Diablo nos dio su bendición. Así opino.

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