25 de junio de 2012

El Festival CLIC y la inmensa minoría

Festival CLIC, Disidencia, Internet

El Festival CLIC y la inmensa minoría

Cubadebate ha lanzado una arremetida directa contra los blogueros no
oficialistas cubanos, con una serie de acusaciones tremendamente
peligrosas en un país donde no hay nada parecido a una opinión pública,
ni una prensa autónoma, ni un sistema judicial medianamente independiente

Haroldo Dilla Alfonso, Santo Domingo | 25/06/2012 10:31 am

Conocí del Festival CLIC a través de un artículo de un colaborador de la
imprescindible Havana Times. El Festival, según el articulista, adoptó
una convocatoria abierta y transparente como "el mejor resguardo contra
la represión gubernamental". Tuvo lugar durante tres días (21-23 de
junio) en la casa de Antonio Rodiles en Miramar, con el copatrocinio de
la academia bloguer que dirige Yoani Sánchez. La reunión ha contando
además con el apoyo de la Evento Blog Español (EBE), una asociación de
blogueros ibéricos que se autodefine como una entidad con 3 mil miembros
y 3 mil sueños.

Según los promotores, el festival ha tenido "como propósito intercambiar
lo que hemos aprendido y desvelar nuestras lagunas (y) está pensado como
una gestión del conocimiento sin requisitos ideológicos ni tendencias de
mercado" El programa de la actividad incluyó sesiones técnicas, balances
de la actividad en Cuba y presentación de documentales sobre el impacto
de las redes sociales en la política mundial. Los promotores anunciaron
que no habría declaración final con condenas a nadie, pero también que
se discutiría la conveniencia de una segunda edición.

La reacción oficial no se hizo esperar. Los primeros en acudir al
tintineo de los sables fueron los blogueros-mal-pagados que infectan el
ciberespacio cubano y que siempre están dispuestos a difamar aunque
escriban sobre el discurso fúnebre de Pericles. Y no creo que puedan
hacer otra cosa en lo que les queda de vida profesional. No hay medio
curativo, no siquiera la lobotomía, para los males empotrados de la
envidia, la frustración y el resentimiento. Sobre estos
ciberchancleteros no hay mucho que comentar.

Lo que en realidad sí me pareció muy inquietante fue una nota aparecida
en Cubadebate.

Cubadebate (CD) es un órgano de control político/ideológico de la
información. Aunque es un producto de exportación y quiere lucir más
sofisticado, en realidad aspira a lo mismo que Granma, y por eso todo lo
que publica sirve directamente a los peores fines del Gobierno cubano
bajo la batuta del oscurantista Departamento Ideológico. Y el artículo
de CD sobre Festival CLIC, es un ejemplo de lo que está pensando y de lo
que podría hacer la élite política cubana. Se trata de una arremetida
directa y muy poco elegante, una burda mescolanza de ideas sin acabar,
alegorías mal redactadas, ataques soeces contra personas e
instituciones, al mismo nivel rudimentario de cómo lo haría un carpetero
nocturno de una estación de policía. Pero también contentivo de
acusaciones tremendamente peligrosas en un país donde no hay nada
parecido a una opinión pública, ni una prensa autónoma, ni un subsistema
judicial medianamente independiente.

Según CD, el festival iba a tener lugar en un "sitio de encuentro de
miembros de la contrarrevolución que brillan por su mediocridad y que no
disimulan las intenciones de convertir este escenario en punta de lanza
para la añorada construcción de una 'sociedad civil' cubana al servicio
de Washington". Pero, y aquí está el punto principal:

"La intención del Festival Clic —afirmaron— es avanzar en la estrategia
de construir redes previas a una agresión, como hicieron en Libia, Siria
y antes en Yugoslavia, y fortalecer la idea de la contrarrevolución
aliada a Estados Unidos como promotora de la libertad en la Red."

Una afirmación que podría servir para justificar una nueva ola represiva
con el apoyo de la prensa oficial, de los blogueros-mal-pagados y de la
gavilla de comentaristas bocones que llenan la web de improperios
fascistoides. Y quienes, de dar ese paso represivo, deberán asumir la
responsabilidad de las consecuencias de la represión. Y nosotros, de
exigírsela.

Están mintiendo, y lo saben.

Ellos conocen perfectamente que Estados Unidos está haciendo en su
política hacia Cuba un juego barato. No hay ninguna planificación de una
operación militar agresiva, ni siquiera de una diplomacia activa que
permita a los dirigentes cubanos asumir un rol destacado de luchadores
antiimperialistas. Esos tiempos se acabaron. El Gobierno americano está
dejando que el tiempo haga su trabajo, que se acaben de morir los
octogenarios y que los herederos pacten y entreguen todo lo que deben
entregar para completar sus metamorfosis burguesas. Y mientras tanto no
mueven fichas en ninguna dirección importante, sencillamente porque
mover fichas es más costoso que no hacer nada. Pero los dirigentes
cubanos necesitan los zafarranchos épicos para justificar sus propias
existencias y mantener a los apoyos funcionando, a los medio-apoyos
aterrorizados y a los opositores bajo control policiaco.

Saben que Yoani Sánchez no es una agente del Gobierno norteamericano, y
que si hace un juego político propio es porque tiene talento para ello y
todo el derecho del mundo en su condición de ciudadana cubana. Saben que
Estado de SATS es un valioso proyecto cívico/intelectual que nunca ha
puesto en tela de juicio la independencia nacional, y que se ha
esforzado por ser un lugar pluralista, donde todos entren y todos
quepan. Saben que Havana Times no está alentada por Estados Unidos, sino
confeccionada con mil trabajos por un americano apasionado que vive en
Centroamérica y que constituye un espacio donde se da cita lo mejor del
pensamiento joven de la Isla.

Pero también saben —y en esto no se equivocan— que la reunión en casa de
Rodiles es un gran peligro para el monopolio de poder vetusto e
incontestado que detentan. No porque estén conspirando para derrocar al
gobierno, pues eso no está en agenda. Mucho menos para fomentar una
conspiración antinacional, pues en ese campo nadie podría hacerlo mejor
que los dirigentes cubanos, que han sumido a la Isla en la mendicidad
internacional, viviendo de subsidios temporales, en estado de
despoblamiento y con una sociedad atomizada y altamente vulnerable.

La reunión de Festival CLIC es un gran peligro porque está intentando
crear redes independientes y conquistar espacios públicos de una manera
inédita. No es un asunto de más o menos internet, lo cual sigue siendo
una prerrogativa del estado cubano, y que mantendrá a su bajísimo nivel
actual aún cuando aparezcan todos los cables del mundo. Porque el no
acceso a Internet en Cuba no es una cuestión esencialmente técnica, sino
absolutamente política. Y ni Yoani con sus premios, ni Rodiles con su
paciente valentía, pueden cambiar esa situación. El problema es un
asunto de contactos sociales no autorizados, de gente que ha decidido no
pedir permiso. De medio centenar de personas que están mirando para los
lados y no para arriba.

Ciertamente solo son cinco decenas según los organizadores de Festival
CLIC. Una minoría. Pero, recordando a Juan Ramón Jiménez, diría que, por
su fuerza moral, se trata de una inmensa minoría. Y el régimen cubano
tiembla ante las oposiciones, aunque sean de minorías. Y definitivamente
se resquebraja ante las inmensidades morales.

Gracias a todos y todas que concurrieron a la sede de Estado de SATS a
dar este nuevo paso por el futuro de la sociedad cubana.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-festival-clic-y-la-inmensa-minoria-277933

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