15 de junio de 2012

La emulación, otra falacia tronada por conveniencia

Economía, Cambios

La emulación, otra falacia tronada por conveniencia

El Año de la Emulación Socialista fue 1977. Hoy nadie recuerda la fecha,
incluso ya ni se pone nombre a los años

Miriam Leiva, La Habana | 15/06/2012 10:57 am

Posiblemente los niños y jóvenes cubanos de hoy aun estén a salvo de la
epidemia nacional de Alzhéimer. Antes que reconocer las descabelladas
imposiciones a 11 millones de personas y los errores garrafales durante
decenios, la pandemia de los bisabuelitos prefiere atacar la memoria
histórica.

"Cambios en el método para otorgar la sede del Acto Central por el 26 de
julio", era la gran noticia el 9 de junio en la primera página del
periódico Granma y los noticieros de radio y televisión. Pero los
cubanos ni comentan un suceso "tan importante". Desde hace 53 años, las
festividades más encumbradas han sido el frustrado asalto al Cuartel
Moncada la cálida madrugada carnavalesca del 26 de julio de 1953, y el
triunfo de la revolución el 1 de enero de 1959, que sustituyó la fiesta
nacional del 20 de mayo, cuando en 1902 se proclamó la República.

Desde comienzos de la década de 1960, la emulación socialista invadía la
vida de niños, jóvenes, adultos y ancianos. Los matutinos escolares; los
murales de los centros laborales, las actividades de la Central de
Trabajadores de Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución, la
Federación de Mujeres Cubanas y todas las demás organizaciones; las
vallas con consignas; y los trabajos voluntarios supuestamente para
contribuir a lograr las metas productivas y de servicio, se enmarcaban
en la conmemoración de esos acontecimientos "heroicos". Además se
intercalaban etapas dedicadas a otros hechos, como la Victoria de Girón
y la Jornada Camilo-Che. La perenne presión, las críticas y la
autocrítica alternaban con una conguita, la entrega de banderines y
medallas, y el brindis por el cumplimiento exitoso.

Los nuevos cubanos pierden las excepcionales vivencias de sus mayores y
por mucho que escudriñarán en viejos documentos, nunca sentirán la
euforia inicial, ni comprenderán los esfuerzos inútiles en trabajos que
no fueron ni productivos ni voluntarios, bajo el sol abrazador, durante
meses a cientos de kilómetros del hogar o los fines de semana; las
noches de insomnio de guardia en el barrio o el fango pegado al cuerpo
al arrastrarse durante la preparación combativa para enfrentar a un
enemigo que no llegó. Tampoco padecerán las reuniones durante horas para
chequear el cumplimiento de los compromisos, donde se dirimían asuntos
de importancia vital, como el derecho a comprar un televisor, un
refrigerador, un minúsculo ventilador plástico soviético, y hasta pasar
unos días en un hotel. No sentirán la tensión de las asambleas de
méritos y deméritos, cuando se bajaba o subía en el escalafón de la
microbrigada, después de abandonar la especialidad propia durante más de
6 años para sin oficio construir los apartamentos, porque había que
incluir a un compañero imprescindible o un cuadro dirigente, que debían
mantenerse en su puesto de trabajo.

1977 fue el Año de la Emulación Socialista. Hoy nadie lo recuerda,
incluso ya ni se pone nombre a los años. Desde el 1 de agosto de 2011
comenzó la farsa, al eliminarse uno de los pilares de ese sistema. Un
titular del periódico Trabajadores, órgano de la CTC, decía: "Ante un
nuevo escenario económico y laboral… Cambios necesarios. Varían
concepciones del trabajo voluntario y de movilizaciones a labores
productivas". Se añadía que en febrero, durante el Pleno 87 del Consejo
Nacional de la CTC, "se acordó que las movilizaciones para el trabajo
productivo se desarrollaran en aquellas zonas que presenten una escasez
de fuerza laboral que justifique la convocatoria o por afectaciones
originadas por desastres naturales, tecnológicos, sanitarios, fenómenos
climatológicos que dañen cosechas u otras producciones o servicios".

Al parecer la situación en las provincias es tan complicada, que se
procura evitar los datos mendaces anteriormente preparados para
complacer a los máximos dirigentes, porque no hay pan ni vino para las
grandes fiestas de inauguración de obras sin concluir, los logros de la
revolución no existen y la propaganda no engaña a nadie.

La explicación publicada sobre el cambio en la determinación del lugar
para honrar el 26 de julio constituye un ultraje a la inteligencia de
los cubanos. Al cabo de 53 años, el Buró Político del Comité Central del
Partido Comunista (único y todopoderoso) descubrió que "las diferentes
características económico-sociales de nuestras provincias dificultan la
equidad para medir los resultados de la emulación especial a la hora de
determinar la condición de ganadora de la sede del acto central por esta
efeméride… Acordó que cesara la emulación y a partir de este año se
otorgara en forma rotativa" la sede, así como celebrar los aniversarios
cerrados cada cinco años en Santiago de Cuba. Sin embargo, no se define
en la información sobre qué base se determina la rotación, sino que el
59 aniversario del Día de la Rebeldía Nacional se conmemorará en la
provincia de Guantánamo.

Podría concluirse que las ideas de Lenin y Che Guevara sobre la
emulación socialista, continuadas por Fidel Castro, como "fenómeno
social que es expresión de la energía creadora de las masas trabajadoras
y tiende a acrecentar en todo lo posible la producción socialista"
(definición en ECURED), no han sido acertadas. Cesará la grandiosa
entrega de las banderas a las provincias destacadas y vanguardias por el
Presidente, pero podría ser el avance de la verdad, la restitución del
valor del trabajo, su adecuada retribución y las oportunidades para todos.

Quizás la priorización de Guantánamo responde a la comprensión, por fin,
de que ha sido la provincia más preterida de la paupérrima zona oriental
de Cuba y, al otorgarse las festividades, los recursos usualmente
destinados a maquillar la sede, se utilizarán en la solución de
problemas vitales para la población y la creación de fuentes de trabajo.
Resulta un contrasentido que muchos dirigentes de la revolución
procedieran de allí, sin que se dedicaran a su desarrollo, sobre todo
teniendo en cuenta que la región perdió el estímulo económico de los
servicios, el comercio y el empleo generados por la Base Naval
norteamericana de Guantánamo, lo que habría sido razón suficiente para
procurar su progreso, en el marco de la perenne campaña sobre las
bondades del Gobierno revolucionario en contraposición al imperialismo.
Incluso sus hermosos cafetales y plantaciones de cacao de gran calidad
han estado en peligro de extinción, y a pesar de procurar la
recuperación en los últimos años, las cosechas aún distan mucho de la
tradición.

Después de que pasen los festejos del 26 de julio al compás del changüí,
música original de la provincia de Guantánamo, donde Diego Velázquez
fundó la primera villa, Baracoa, en 1511, se constatará si los 511.116
habitantes, el 4,5 % del total del país, en "el bastión de las guerras
de independencia" no son nuevamente olvidados.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/la-emulacion-otra-falacia-tronada-por-conveniencia-277684

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