6 de junio de 2012

Qué hacer con la Ley de Ajuste Cubano?

¿Qué hacer con la Ley de Ajuste Cubano?
Miércoles, Junio 6, 2012 | Por José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -¿Hago bien si ayudo a quien me
necesita, sabiendo que esa ayuda beneficiará también a mi enemigo? Es un
dilema ético tan antiguo como la civilización. Sólo los políticos
ortodoxos (de izquierda y derecha) no lo ven como un dilema, pues no les
remuerde negar la ayuda, en tanto nada humano o divino les satisface más
que combatir al enemigo. Pero ya sabemos que la civilización no cuenta
para ellos.

¿Es justo favorecer a un pobre diablo con la Ley de Ajuste Cubano para
que luego, apenas instalado en territorio estadounidense, vuelva de
turista a la Isla, a gastar sus dólares en los mercados del régimen y a
pavonearse por nuestras calles, llevando al cuello la cadena de oro, del
tipo rueda de carreta, que alquiló en Hialeah?

Si en nuestro caso el dilema fuera así de simple, no llegaría a
constituir un dilema. De hecho, tal vez por ello los políticos ortodoxos
no lo vean como tal, proclives como son a simplificar las cosas,
despojándolas de sentimiento y racionalidad.

Son otras, en cambio, las conclusiones a las que se puede llegar cuando
repasas el asunto desde la perspectiva del ciudadano de la Cuba
profunda, estos millones de seres esclavizados e indefensos ante todo
poder, que al igual que se burlan del estúpido epíteto de Ley Asesina
con que el régimen pretende demonizar la Ley de Ajuste Cubano, también
se asustan y se desesperan cuando oyen hablar de su posible derogación o
de su debilitamiento por enmienda.

No hace falta aclarar que aquel pobre diablo con su cadena rueda de
carreta es una mera representación grupal dentro del variado espectro de
familias (miles, cientos de miles) que hoy viven como seres civilizados,
humilde pero libremente, gracias a la Ley de Ajuste Cubano, apliquen o
no formalmente dentro del grupo de perseguidos por el régimen, otra
calificación que mucho parece importar a los ortodoxos, pero que no
aporta demasiado a la hora de evaluar a los habitantes de un país que en
su totalidad es víctima y rehén de la política.

¿Privar a esa ley de su carácter eminentemente humanitario, reduciéndola
a un grosero intercambio político, no es acaso una pretensión tan
equivocada como la de aquellos que alegan que no debe beneficiar en
exclusiva a los cubanos, olvidando que en Latinoamérica, y aun tal vez
en todo el mundo, no existe otro país con una dictadura tan férrea,
empobrecedora, cruel y larga como la de Cuba?

Es una lástima que no esté escrita una ley, de obligatorio cumplimiento
para todo el planeta, en la que se prohíba politizar la compasión entre
los seres humanos. Sería quizás la única ley imposible de quebrantar sin
detrimento de la integridad moral.

Pero ya que no existe, ni llegará a existir nunca esa ley, tal vez
valdría una última apelación al sentido común (es decir, político) de
quienes politizan la compasión:

¿Qué medida ha influido más en el desprestigio del régimen cubano y en
el agradecimiento y la admiración de nuestra gente de a pie hacia
Estados Unidos: el embargo económico, o la Ley de Ajuste Cubano con
todas sus demonizaciones?

http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfque-hacer-con-la-ley-de-ajuste-cubano/

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